Parpadea el cursor al compás de los segundos que paso frente a una tortuosa página en blanco. Tic tac, tic tac; parece marcar cada suspiro, cada vuelco del corazón malherido que no sabe expresar cuanto se oculta en él. Tus palabras suenan huecas en mi cabeza, vacías de ternura a través de los píxeles que me ofrece esta pantalla pérfida.
— Siempre nos quedará Twitter —me
dices con esa convicción tan artificial como placentera.
Tic
tac, tic tac. Llegué a pensar que esto sería eterno; mis manos abandonan el
teclado, vencidas. Dos lágrimas besan las teclas A y D, susurrándote “Adiós”.
“El verdadero dolor es
el que se sufre sin testigos”,
Marco Valerio Marcial.
Marco Valerio Marcial.
Increíble. Me has dejado sin palabras.
ResponderEliminarProcuremos no olvidar el porqué un recuerdo es amargo
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