En
las noches de tormenta, imagino tu corazón atravesado por decenas de balas y
emergiendo de él negras mariposas
que vuelan al son de tus parpadeos incrédulos. En las noches de tormenta, imagino
unas frías manos cosiéndote las
heridas, y unos labios recogiendo mariposas en el aire. Pero esas manos no son
mías, ni míos esos labios, ni mío tú. Y yo tuya sí.
Pero yo…
Un texto breve, pero sutil, elegante y lleno de matices.
ResponderEliminarPara sutil, elegante y lleno de matices, tú.
EliminarGracias por pasarte, tus visitas siempre arrancan sonrisas más grandes de lo habitual.
Como los buenos perfumes, en pequeñas dosis. Perfecto.
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