Se
está calentando el café, y mientras tanto mi mente gira y gira y gira al compás
de la taza. El reflejo cóncavo de la cuchara se ríe de mí a carcajadas, y yo le
ahogo en el bote de azúcar por hijo de puta. Pero aquí la verdadera zorra es la
encimera, quien me recuerda que nunca me has follado sobre ella.
Y el microondas hace vidas que
sonó.
Da la vuelta a la cuchara. Todo puede tener su lado bueno. Eres tú quien decide qué reflejo quiere ver. Elige el convexo. Eso no asegura que la imagen cóncava se invierta, pero quizá la elimine y la sustituya por otra que te pinte una sonrisa.
ResponderEliminarUn besote
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