Abro lentamente los ojos y te veo junto a mí, con esa cara de niño que te quita diez años de golpe y porrazo. Tu respiración, lenta y suave, parece una melodía entre el silencio que nos arropa a ambos. Te miro y me pierdo. No puedo creer que estés junto a mí; como para romper ese hechizo, alzo mi mano y acaricio tu cálida mejilla. Sí, eres real. No puedo evitar acercarme para disfrutar de tu presencia; mis labios recorren los tuyos lentamente en una suave caricia, sin intenciones de despertarte. Como siempre, te mueves de forma remolona, pero no sucumbes a tus sueños.
Buenas noches, criatura.
"Cuando quieres realmente una cosa, todo el Universo conspira para ayudarte a conseguirla".
— Paulo Coelho.
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