“Me alegro, porque es posible, y
subrayo posible, que ese momento no llegue nunca, que no te enamores, que no
quieras ni puedas entregarle la vida a nadie y que, como yo, cumplas un día los
cuarenta y cinco años y te des cuenta de que ya no eres joven y que no había
para ti un coro de cupidos con liras ni un lecho de rosas blancas tendido hacia
el altar, y la única venganza que te quede sea robarle a la vida el placer de
esa carne firme y ardiente que se evapora más rápido que las buenas
intenciones, y que es lo más parecido al cielo que encontrarás en este cochino
mundo donde se pudre todo, empezando por la belleza y acabando por la memoria”,
El juego del Ángel,
Carlos Ruiz Zafón.
Carlos Ruiz Zafón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario