Quizá
la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capacidad de sobrellevar el
dolor. El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por
las que cada uno pasa según sus necesidades.
La
primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de
todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de
las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele
perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele
desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando
por la primera puerta.
La
segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para
curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no
hay curación posible. El dicho de que «el tiempo todo lo cura» es falso. El
tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa
puerta.
La
tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal
que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero
lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente
tiene que abandonar la realidad.
La
última puerta es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nada
puede hacernos daño, o eso nos han enseñado.
Patrick
Rothfuss,
El nombre del viento.
El nombre del viento.
¿Cómo estás? Se te echa de menos en mi TL. Un besote
ResponderEliminarNéstor
Hola Néstor,
EliminarTodo bien, como siempre. ¿Qué te voy a contar? Con demasiado tiempo libre, los días parecen tener 25 horas; tantas cosas por hacer, tantos libros que leer, tantos sueños que escribir y tantas imágenes que dibujar... No va a ser suficiente con mis siete vidas.
¿Y tú, cómo estás? Haciendo de duende por el TL, fijo. Se os añora a todos.
Gracias por pasarte, un beso.
Eso es fantástico. Lo mejor de vivir es que te falte tiempo. Si te sobra, algo estás haciendo mal.
EliminarCuando quieras, vuelve. El mundo virtual será mucho más lindo
beso fuerte
Creo que yo soy más de la puerta del olvido. Si bien también creo, que todos los malos recuerdos están en una corriente circular, que de vez en cuando se hacen visibles hasta que llega un momento que solo son anécdotas.
ResponderEliminarHola Genosma,
EliminarYo también soy partidaria de la segunda puerta. Esa corriente circular de la que hablas es, en realidad, una sacudida del viento que abre la puerta del olvido repentinamente, dejando que los recuerdos vuelvan a anidar.
Gracias por pasarte, un beso.
Sueño, olvido, locura y muerte, 4 Puertas traseras para huir del dolor. ¿Y la delantera? ¿Y el timbre? ¿Soy el único que aún saborea el dolor y piensa "esto es que sigo vivo"?
ResponderEliminarSe te echa de menos en tuiter, pequeña.
RicardoRapture
Hola Ricardo,
EliminarMe temo que no eres el único, he escuchado esa reflexión alguna que otra vez. Aún así admiro muchísimo tu valentía, no es fácil plantarse ante el Señor Dolor y decirle con una sonrisa burlona: "Eh, que aquí estoy yo".
Yo también os añoro a todos, al final me haréis volver. Gracias por pasarte, un beso.